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42. Vuelo en térmicas
Los pilotos necesitan algo de experiencia para poder apro-
vechar las térmicas. En las llanuras, la presencia de térmi-
cas y como estas afectan al vuelo del modelo, es bastante
más difícil de detectar que en una ladera – en el llano, el
modelo vuela muy alto mientras que en las laderas, el mo-
delo suele estar en „a la altura de los ojos“, siendo más fácil
apreciar como se ve afectado por la corriente ascendente.
Solo los pilotos más experimentados son capaces de re-
conocer y aprovechar las térmicas en el llano. Búsquelas
partiendo siempre desde un mismo punto de vuelo.
Reconocerá una ascendencia por el comportamiento en
vuelo de su modelo. Si la ascendencia es fuerte notará
como sube rápidamente – una ascendencia débil requiere
de un ojo experto y entrenado, y todo el saber del piloto.
Con algo de práctica será capaz de reconocer que puntos
son donde se forman las térmicas.
El aire , dependiendo de la capacidad de una supercie o
zona de reejar el calor, se calentará y comenzará a subir.
Sobre un terreno sin labrar, un arbusto, un árbol, una val-
la, la linde de un bosque, una colina, su coche o incluso
su modelo que descansa en el suelo, el aire se calienta y
empieza a subir desde el suelo.
Reconocerá una ascendencia por el comportamiento en
vuelo de su modelo. Si la ascendencia es fuerte notará
como sube rápidamente – una ascendencia débil requiere
de un ojo experto y entrenado, y todo el saber del piloto.
Con algo de práctica será capaz de reconocer que puntos
son donde se forman las térmicas. El aire , dependiendo de
la capacidad de una supercie o zona de reejar el calor, se
calentará y comenzará a subir. Sobre un terreno sin labrar,
un arbusto, un árbol, una valla, la linde de un bosque, una
colina, su coche o incluso su modelo que descansa en el
suelo, el aire se calienta y empieza a subir desde el suelo.
Como ejemplo curioso, aunque a la inversa, podemos
pensar gotas de agua en un techo, al principio, las gotas
permanecen pegadas al techo hasta que forman una hilera
y se precipitan. Como ejemplo curioso, aunque a la inversa,
podemos pensar gotas de agua en un techo, al principio,
las gotas permanecen pegadas al techo hasta que forman
una hilera y se precipitan.
Los puntos donde se producen las mayores térmicas son,
por ejemplo, zonas nevadas en laderas de montaña. El
aire, al entrar en contacto con la zona nevada se enfría y
uye hacia abajo, cuando este aire llega hasta al valle se
encuentra con la corriente ascendente de la ladera. Como
consecuencia, se genera una fuerte corriente ascendente.
La corriente ascendente es fácil de encontrar y podemos
“centrar” en ella el modelo. El modelo debe mantenerse
en el centro de la ascendencia usando los mandos de la
emisora, en el centro es donde habrá una mejor ascen-
dencia. Claro que para ello, necesitará algo de práctica.
Para mantener la visibilidad, debemos salir de la zona
ascendente justo a tiempo. Tenga en cuenta que verá me-
jor su modelo si lo contrasta con una zona del cielo libre
de nubes (modelo blanco, cielo azul). Para perder altitud
tenga en cuenta que:
La solidez de su Heron es muy alta dentro de su clase, pero
tiene un límite. No espere que el modelo sea indestructible
con un vuelo temerario (por desgracia ya ha pasado).
43. Vuelo en ladera
El vuelo en ladera es una modalidad especialmente atrac-
tiva dentro de los veleros radio-controlados. Volar durante
horas, colgados del viento, sin ayuda de tornos, es algo
que brinda las experiencias más hermosas El colmo es
aprovechar las térmicas en una ladera. Lanzar el modelo,
sobrevolar el valle en busca de térmicas, encontrarlas y
ascender hasta que se pierde de vista, descender haciendo
acrobacias y volver a empezar de nuevo, eso es volar en
plenitud.
Pero cuidado, el vuelo en ladera también encierra algunos
peligros para el modelo. En la mayoría de los casos, el
aterri-zaje es más complicado que cuando se vuela en
llano. Se debe aterrizar a sotavento. Esto requiere concen-
tración, una aproximación audaz y un aterrizaje inmediato.
Un aterrizaje a barlovento, incluso con la consiguiente
corriente ascensional, es aun más difícil, básicamente,
debería ascender, cruzar la cresta de la ladera y durante
la maniobra, frenar y, simultáneamente, nivelar el avión
para aterrizar.
44. Vuelo remolcado
Una pareja idónea para aprender a remolcar y ser remolca-
do la forman el FunCub y el Heron.
Como cuerda de remolque debe usar un hilo trenzado con
un diámetro de 1-1,5 mm. y unos 20 metros de largo. En
un extre-mo de la cuerda de remolque haga un lazo de
Nylon (Ø 0,5 mm). Le servirá como punto de ruptura si el
remolque sale mal.
Enganche el otro extremo de la cuerda de remolque al
FunCub donde habrá colocado un pasador en el meca-
nismo de remolque. Los modelos se alinean, uno tras el
otro, contra el viento. La cuerda de remolque descansará
sobre el estabilizador horizontal del FunCub. El remolcador
carretea despacio hasta que el cable se tensa, después se
pone a todo gas – el remolcador acelera, aunque sigue en
el suelo – el velero despega, vuela aunque no se despega
del suelo – ha llegado la hora de que el remolcador despe-
gue también. Ambos suben al unísono (¡incluso al virar!).
Durante los primeros remolques intente no volar sobre su
cabeza. Para hacer la suelta solo tendrá que activar el
mando que abre el gancho de remolque.
45. Vuelo eléctrico
Con la versión eléctrica dispondrá de la mayor indepen-
dencia y potencia. Puede despegar desde el llano y subir
hasta 7 veces a una altura más que suciente (aprox. 150
m) con una sola carga de la batería. En laderas, puede
librarse fácilmente de esos temibles “vacíos”. (“Vacío” =
falta de ascendencia en la ladera que hace que tengamos
que aterrizar donde sea).
46. Rendimiento
¿A que llamamos rendimiento en el vuelo a vela?
Los parámetros más importantes son la velocidad de pér-
dida y el ángulo de planeo. Con velocidad de pérdida nos
referimos al descenso por segundo en un entorno deter-
minado. En primer lugar, la velocidad de pérdida depende
de la carga alar ( Peso / supercie alar). El Heron tiene
unos valores asombrosos, sensiblemente mejores que otros
modelos de su tamaño. Con la más mínima ascendencia
(térmica) el modelo comenzará a ganar altura. Además, la
velocidad de pérdida se ve determinada fundamentalmente