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Información práctica
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para neumáticos fríos. Si ha circulado más de 10
minutos o más de 10 kilómetros, sume 0,3 bares
(30 kPa) a los valores indicados en la etiqueta.
Un inflado insuficiente aumenta el
consumo de carburante. La no
conformidad de la presión de los neumáticos
puede dar lugar a que estos se desgasten de
forma prematura y repercutir negativamente
en la adherencia del vehículo a la carretera,
lo que plantea riesgos de accidente.
La conducción con los neumáticos gastados
o dañados reduce la eficacia de los frenos
y el rendimiento del agarre del vehículo
sobre el firme. Recomendamos comprobar
periódicamente el estado de los neumáticos
(banda de rodadura y flancos) y las llantas, así
como la presencia de las válvulas.
Cuando los indicadores de desgaste no
aparecen hundidos en la talla del neumático,
la profundidad de las ranuras es de menos
de 1,6 mm y es imprescindible reemplazar los
neumáticos.
El uso de llantas y neumáticos de tamaño
distinto a los especificados puede afectar a la
vida útil de los neumáticos, el giro de las ruedas,
la distancia al suelo, la lectura del velocímetro y
tener un efecto negativo de la adherencia sobre
la calzada.
Amortiguadores
No resulta sencillo para un conductor
detectar cuándo los amortiguadores
están gastados. Sin embargo, dichos
amortiguadores tienen un impacto muy
significativo en la adherencia a la carretera y en
la eficacia de los frenos.
Para una conducción más cómoda y segura,
es importante que acuda periódicamente
a un concesionario autorizado o taller
cualificado para comprobar el estado de los
amortiguadores.
Cambio al modo "rueda
libre"
En determinadas situaciones, debe permitir
que las ruedas vehículo estén desbloqueadas
(al remolcarlo, sobre rodillos, al transportarlo en
tren o barco, etc.).
► Quite el contacto.
► Suelte el freno de estacionamiento.
Consejos de
mantenimiento
Información general (exterior)
Lave el vehículo utilizando sólo una
manguera de agua (temperatura
comprendida entre 20 y 40 ºC, con una
presión baja inferior a 2 bares).
Coloque el chorro de agua perpendicular a la
superficie que se va a limpiar, a una distancia
mínima de 30 cm.
Evite las juntas de las puertas.
No lave el vehículo en un túnel de lavado.
Antes de empezar a lavar el vehículo,
asegúrese de cerrar las ventanillas y las
puertas.
Utilice una esponja, agua y jabón o un
producto con pH neutro.
Enjuague el vehículo con agua
desmineralizada y, a continuación, frote
suavemente la carrocería con un paño de
microfibra limpio.
Quite inmediatamente cualquier mancha
que contenga sustancias químicas corrosivas
que puedan dañar la pintura del vehículo
(entre ellas, resina de árbol, excrementos
de pájaros, secreciones de insectos, polen y
alquitrán).
Si el entorno lo justifica, lave el vehículo con
más frecuencia para retirar acumulaciones
de sal (zonas costeras), hollín (zonas
industriales) y barro (zonas húmedas o frías).
Estas sustancias pueden ser muy corrosivas.
Póngase en contacto con un concesionario
autorizado o taller cualificado para que
le aconseje sobre cómo quitar manchas
persistentes que requieran productos
especiales (como limpiadores para insectos
o alquitrán).