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El ácido carbónico (proveniente del dióxido de carbono del agua) es un ácido débil,
y el amoniaco es una base débil. Por consiguiente, la solución salina resultante de
la reacción del primero con una base fuerte (hidróxido de sodio = lejía de sosa en el
carbonato de sodio) no será neutra sino básica; y la solución salina de la segunda con
un ácido fuerte (ácido clorhídrico en el cloruro de amonio) será ácida. La reacción con
el agua recibe el nombre de hidrólisis.
La escala de pH va de 0 a 14. En un extremo se encuentran los ácidos minerales fuer-
tes como el ácido nítrico, el ácido sulfúrico y el ácido nítrico, y en el otro la lejía de sosa
y la potasa cáustica. La siguiente escala de pH, que comienza con ácido clorhídrico
diluido (concentración 1,0 mol/L = 36,5 g/L = 3,65 %) de pH 0, contiene ácidos, bases
y productos de uso diario:
pH 0: ácido clorhídrico al 3,65 %
pH 0,9 – 1,5: ácido gástrico (igualmente el ácido clorhídrico diluido)
pH 2,3: zumo de limón
pH 3,1: vinagre de cocina
pH 3,2 – 4,6: verduras ácidas
pH 4,5: cerveza
pH 7: agua pura
pH 8,3: agua de mar
pH 8 – 10: agua jabonosa
pH 12,3: agua de cal saturada
pH 14: lejía de sosa al 4,0 %
El valor pH es el parámetro que nos proporciona la primera información general acer-
ca de la calidad del agua. En base a este valor pueden hacerse estimaciones acerca
de la agresividad del agua sobre los materiales de construcción, pero principalmente
acerca de sus efectos sobre la flora y la fauna de los ríos, o en plantas depuradoras.
Los peces sólo pueden vivir en aguas con un rango de pH determinado. Si el agua
tiene un pH hacia el límite de dicho rango, bien sea hacia arriba o hacia abajo, se ve-
rán afectadas su piel y sus branquias. Para la carpa común, por ejemplo, el límite de
acidez es 4,5 y el de alcalinidad es 10,8. Si los peces viven por tiempo prolongado en
aguas con dichos valores de pH, terminarán muriendo. El rango de pH para la trucha
común es todavía más estrecho: de 5,5 a 9,4. El rango de pH ideal para los peces
oscila entre 6,5 y 8. Las tuberías de canalización de hierro y hormigón también son
atacadas fuertemente a un pH por debajo de 5 ó por encima de 10.
Tanto los ácidos provenientes de la lluvia ácida o por infiltración a través del suelo
(nítrico, sulfúrico y clorhídrico) como las bases (p. ej. el amoniaco procedente de la
descomposición de la materia orgánica o el hidróxido sódico de las aguas residuales
industriales) reducen o aumentan el pH del agua. Igualmente, las sales de ácidos
débiles y bases fuertes (como el carbonato de sodio, véase más arriba) así como las
de ácidos fuertes y bases débiles (cloruro de calcio) producen, por la reacción de hi-
drólisis arriba descrita con las moléculas de agua, un corrimiento del pH hacia arriba
o hacia abajo. El cloruro de calcio y el cloruro de magnesio reducen el valor pH: tienen
reacción ácida, así como las sales de hierro y de aluminio de los ácidos sulfúrico,
clorhídrico y nítrico provenientes de las aguas residuales de la industria del metal. Los