- Los menores de 18 años deben consultar a un médico primero, preferi-
blemente, a un otorrinolaringólogo, puesto que sus necesidades pueden
ser diferentes a las de los adultos.
- El médico identificará y tratará los problemas de salud según proceda.
- Es posible que el médico derive a esa persona a un audiólogo para hacer
una prueba independiente, una evaluación de audífonos.
- La evaluación de audífonos ayudará al audiólogo a elegir y ajustar el au-
dífono apropiado.
Una persona menor de 18 años con pérdida de audición debería acudir al
médico, preferiblemente a un otorrinolaringólogo, para que le examine
antes de comprar un audífono.
El objetivo del examen médico es identificar y tratar el problema que
pueda estar afectando a la audición, pero que un audífono por sí solo no
va a tratar.
Tras el examen médico, y si procede, el médico facilitará un informe escri-
to especificando que se ha evaluado la pérdida de audición y que esa per-
sona presenta las condiciones para usar un audífono. Es posible que el
médico derive al paciente a un audiólogo para realizar una evaluación de
audífonos; se trata de una prueba diferente al examen médico cuyo fin es
identificar el audífono adecuado para esa persona en cuestión.
El audiólogo llevará a cabo una evaluación de audífonos para valorar la
capacidad de la persona para oír con y sin audífono. Así, el audiólogo po-
drá seleccionar y ajustar un audífono según las necesidades específicas de
la persona. Un audiólogo también puede encargarse de la evaluación y
rehabilitación dado que, en los menores de 18 años, la pérdida de audi-
ción puede causar problemas en el desarrollo lingüístico, educativo y so-
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