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ESPAÑOL
%L¬PATITO¬&RANCISCO
Pablito se pone de camino hacia el estanque de los patos. ¿Debe hacerlo o es
mejor que no vaya? No deja de pensar en lo fría y húmeda que es el agua. “¡Hola
Pablito!”, cuaquea el patito Francisco al ver al perrito. “¿Te apetece pasar esta
noche en el agua con nosotros, cua, cua? Pablito ser ríe. “No, solo quiero lavarme
un poco. Me gusta más dormir en un sitio seco, guau.” Y entonces mete su patita con cuidado
en el agua y vuelve a sacarla de inmediato. ¡Ayyy, qué fría está! Ahora es Francisco quien se ríe.
“¡Buenas noches, Pablito!”, le cuaquea su amigo viendo como Pablito se aleja corriendo con el
susto en el cuerpo.
%L¬CERDITO¬2UDI
Pablito pasea hacia el cobertizo. ¡Allí está el granjero Ben con su tractor! Se oye
el traqueteo incesante de la máquina y, de repente...¡un gruñido! ¿Un gruñido?
El perrito no puede creerse lo que oye. ¿Es que el tractor puede acaso gruñir?
Pero entonces se da cuenta de que el cerdito Rudi está detrás del tractor. Nuestro
insaciable tragón quiere coger otro nabo más. Pablito grita: “Hola, Rudi, no te has llenado
todavía?” Rudi gruñe: “También un cerdito necesita su postre”. “Ven”, se ríe Pablito, “te regalo
una galletita para perros”. Rudi está súper contento. “Gracias, Pablito”, le responde con la boca
llena. “¡Y que duermas bien!”. “¡Duerme bien, guau!”. Pablito se alegra de ver a Rudi contento.
%L¬GALLO¬*UANITO
Pablito sigue por el camino hacia abajo y mira a su alrededor. Su caseta parece muy
pequeña vista desde la distancia. Pablito está muy excitado ante la que va a ser su
primera noche en su nuevo hogar. Y entonces se le ocurre pensar: “¡Y qué pasa si
mañana temprano me quedo dormido! ¡Tengo tanto que hacer!”. Pero entonces se
le ocurre quién puede ayudarle. “¿Prometes que me despertarás mañana temprano, Juanito?”,
le pregunta al gallo que está sobre el montón de estiércol. “¡Claro que sí, querido Pablito! No
te preocupes, mañana temprano cantaré con especial intensidad, ¡kikirikí! Pero ahora te deseo
buenas noches.” “Lo mismo para ti”, le dice Pablito, ya menos preocupado.
%DGAR¬EL¬CABALLO
Pablito se pasa por la dehesa, donde seguramente está Edgar, el caballo.
“¡Edgaaaaaar!“, grita Pablito. Pero nadie le responde. Entonces ve huellas de
herradura en el camino. ¿Y esto qué es? ¡Cacas de caballo! ¡Vaya! El superdetective
Pablito sigue la pista. ¿Adivina adónde le llevan? ¡Al establo de los caballos al final
de la dehesa! Pablito mete dentro su cabeza y grita de nuevo en voz alta: “¿Edgaaaaaar,
estás ahí, guau, guau?“ “¡Sí, aquí estoy!“, relincha el caballo. “Mañana te enseñaré mi lugar
favorito en la dehesa. Que duermas bien, Pablito”. “¡Oh, fantástico! Buenas noches y hasta
mañana, guau, guau”. ¡Qué simpático es Edgar!, piensa Pablito.
Final
el gato Casimiro
Acaba de ocultarse el sol y ha oscurecido. Pablito se pone en camino a casa, donde
quizás se encuentre Casimiro. Tal vez el gato le esté esperando delante del caserío.
Pero cuando Pablito llega, no puede ver a Casimiro por ningún lado. Ahora Pablito
se siente cansado y se desliza en su caseta. ¿Pero qué pasa aquí? Ahí hay alguien que
ronronea. ¡Casimiro, el gato! Pablito se alegra mucho y se acurruca junto a su nuevo amigo.
“¡Que duermas bien, Casimiro, guau!”. “Duerme bien, Pablito, miau”, y dicho esto nuestro
gato se queda dormido. La luna ha aparecido sobre la granja y reina ya la tranquilidad.
Tan solo el cerdito Rudi gruñe ligeramente mientras duerme.