69
La conservación del vino
Como es sabido, el vino puede conservarse por
un tiempo determinado: En un lugar adecuado,
los vinos blancos se mantienen alrededor de dos
años desde la vendimia, aunque es preferible
consumirlos en el plazo de un año. Los tintos
ligeros pueden conservarse hasta dos años,
mientras que algunos con más cuerpo resisten
diez años y los generosos, hasta veinte. Cuando
compre una botella de vino, guárdela
inmediatamente en la bodega o en otro sitio
adecuado. En el proceso que va desde el cultivo
de la uva y su maduración hasta la vendimia y la
vinificación, hay tres factores determinantes: la
luz, la humedad del aire y la temperatura
ambiente. Para que el vino desarrolle todo su
sabor y mantenga el bouquet, es necesario
conservarlo con un perfecto equilibrio de estos
tres factores.
Lugar de conservación
No todos disponen de un sótano donde instalar
una bodega. Pero, en los últimos tiempos, la
tecnología ofrece un válido sustituto de la clásica
bodega. La bodega refrigerada que ha adquirido
está específicamente estudiada para guardar y
conservar correctamente los vinos. No almacene
en ella fruta, verdura o latas de bebidas, sino
exclusivamente sus botellas de vino preferidas.
De esta manera, aunque no disponga del espacio
necesario para realizar una bodega tradicional,
podrá madurar, conservar y disfrutar todo tipo
de vinos.
Modo de conservación
Una regla imprescindible para conservar el vino
es colocar las botellas acostadas o inclinadas para
que el vino moje el tapón. Muchas personas
piensan que esto provocará el clásico “sabor a
corcho”. En cambio, el contacto del vino con el
tapón favorece la elasticidad del corcho y le
permite cumplir mejor su cometido.
Si las botellas están ordenadas es más fácil
extraerlas para su consumo, lo que evitará
sacudidas que, al igual que las vibraciones,
pueden levantar los posos y perjudicar
temporalmente el aspecto del vino. Por lo tanto,
mueva las botellas lo menos posible y deje
reposar el vino. Evite también que las botellas
toquen la pared del fondo, ya que esto no sólo
perjudicaría la descongelación sino que podría
estropear las etiquetas a causa de las gotas de
agua que se forman durante esta fase. Los
estantes donde se apoyan las botellas deben ser
de madera porque este material absorbe las
vibraciones y mantiene la botella lejos de la
pared que transmite frío. También es
fundamental que las botellas estén lejos de
sustancias o lugares con olores fuertes, ya que el
vino los absorbe fácilmente.
La temperatura
La temperatura es un factor crítico durante toda
la vida del vino y determina su buen desarrollo
cuando éste se cría en botellas. Para una
conservación ideal, la temperatura debe
mantenerse constante entre 8°C y 12°C. Es
fundamental evitar excursiones térmicas rápidas
o amplias: una temperatura demasiado elevada
dilata los líquidos y acelera la maduración,
mientras que una excesivamente baja (menos de
4° - 5°C) puede hacer que precipiten los
tartratos desmereciendo el aspecto del vino. En
el caso extremo en que la temperatura sea
inferior a 0°C, la congelación del vino puede
provocar la expulsión violenta del tapón.
El tapón
El tapón es un elemento fundamental del envase:
su calidad, escogida por el vinicultor, es muy
importante para una correcta maduración del
vino. Las perfectas condiciones del tapón, incluso
en las botellas que compramos, dependen
exclusivamente de los estándares de uso y
almacenamiento utilizados por el productor o el
embotellador.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE
EL VINO