Español-19
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Las necesidades medioambientales requieren restricciones ante la
presencia y el uso de metales pesados, retardadores de llama bromados y
clorados, CFC (freones), disolventes clorados, etc. El producto debe estar
preparado para el reciclaje y el fabricante está obligado a disponer de un
plan medioambiental que se deberá cumplir en cada país en que la
empresa ejerza su actividad. Las estipulaciones sobre energía exigen que
el ordenador o la pantalla, tras un período concreto de inactividad, reduzcan
su consumo de energía a un nivel inferior en uno o varios grados. El tiempo
para rehabilitar el ordenador dependerá de las necesidades del usuario.
Los productos certificados deben cumplir unos estrictos requisitos
medioambientales, por ejemplo, respecto a la reducción de campos
eléctricos y magnéticos, la ergonomía física y visual y la utilización
adecuada.
Requisitos medioambientales
Retardadores de llama
Las placas de circuito impreso, los cables, hilos de corriente, cubiertas y
carcasas contienen retardadores de llama. que retardan la propagación del
fuego. Hasta un treinta por cien del plástico que contiene la cubierta de un
ordenador pueden ser sustancias retardadoras de llama. La mayoría de los
retardadores de llama contienen bromo o cloruro y éstos están relacionados
con un grupo de toxinas medioambientales, las PCB, que se consideran
altamente nocivas para la salud, incluso para la capacidad reproductora de
los pájaros y mamíferos piscívoros, debido a procesos bioacumulativos*.
Se han detectado retardadores de llama en sangre humana y los expertos
temen que puedan afectar al desarrollo del feto.
El plan TCO’99 exige que los componentes de plástico cuyo peso supere los
25 gramos no deben contener retardadores de llama con cloruro ni bromo
asociado orgánicamente.
Está permitido utilizar retardadores de llama en las placas de circuito
impreso, ya que no hay productos sustitutivos disponibles.
Plomo**
Puede encontrarse plomo en los tubos de imagen, pantallas, soldaduras y
capacitores. El plomo daña el sistema nervioso y, en dosis elevadas, causa
envenenamiento.
TCO’99 permite incluir el plomo en los productos, ya que aún no se ha
desarrollado ningún componente sustitutivo.