53
los niños con sus cometas. El sedal debe tener una anilla, mejor
si dispone de un banderín de control o un paracaídas.
La anilla de enganchará al gancho de remolque, la cuerda o
sedal de remolque estará desenrollada y el ayudante correrá
tirando de la cuerda, siempre en dirección contraria al viento. El
modelo se soltará con un ligero tirón. Durante la carrera, el
ayudante debe observar el modelo. Debe subir regularmente.
Debe tener mucho cuidado de que el modelo no se vea sobre-
cargado, especialmente si hay mucho viento.
Lanzado a goma
Este tipo de lanzado es el idóneo para modelos de este ta-
maño. No hace falta ningún ayudante y la altura a la que puede
llegar es superior a los 100 metros. Con esta altura, se consi-
guen vuelos considerablemente largos. Dependiendo de las
condiciones atmosféricas también puede aprovechar la altura
para buscar térmicas.
Vuelo en térmicas
Los pilotos necesitan algo de experiencia para poder apro-
vechar las térmicas. En las llanuras, la presencia de térmicas y
como estas afectan al vuelo del modelo, es bastante más difícil
de detectar que en una ladera – en el llano, el modelo vuela
muy alto mientras que en las laderas, el modelo suele estar en
"a la altura de los ojos", siendo más fácil apreciar como se ve
afectado por la corriente ascendente. Solo los pilotos más expe-
rimentados son capaces de reconocer y aprovechar las térmi-
cas en el llano. Búsquelas partiendo siempre desde un mismo
punto de vuelo.
Reconocerá una ascendencia por el comportamiento en vuelo
de su modelo. Si la ascendencia es fuerte notará como sube
rápidamente – una ascendencia débil requiere de un ojo ex-
perto y entrenado, y todo el saber del piloto. Con algo de prác-
tica será capaz de reconocer que puntos son donde se forman
las térmicas.
El aire , dependiendo de la capacidad de una superficie o zona
de reflejar el calor, se calentará y comenzará a subir.
Sobre un terreno sin labrar, un arbusto, un árbol, una valla, la
linde de un bosque, una colina, su coche o incluso su modelo
que descansa en el suelo, el aire se calienta y empieza a subir
desde el suelo.
Reconocerá una ascendencia por el comportamiento en vuelo
de su modelo. Si la ascendencia es fuerte notará como sube
rápidamente – una ascendencia débil requiere de un ojo ex-
perto y entrenado, y todo el saber del piloto.
Con algo de práctica será capaz de reconocer que puntos son
donde se forman las térmicas. El aire , dependiendo de la ca-
pacidad de una superficie o zona de reflejar el calor, se calen-
tará y comenzará a subir. Sobre un terreno sin labrar, un arbu-
sto, un árbol, una valla, la linde de un bosque, una colina, su
coche o incluso su modelo que descansa en el suelo, el aire se
calienta y empieza a subir desde el suelo.
Como ejemplo curioso, aunque a la inversa, podemos pensar
gotas de agua en un techo, al principio, las gotas permanecen
pegadas al techo hasta que forman una hilera y se precipitan.
Como ejemplo curioso, aunque a la inversa, podemos pensar
gotas de agua en un techo, al principio, las gotas permanecen
pegadas al techo hasta que forman una hilera y se precipitan.
Los puntos donde se producen las mayores térmicas son, por
ejemplo, zonas nevadas en laderas de montaña. El aire, al
entrar en contacto con la zona nevada se enfría y fluye hacia
abajo, cuando este aire llega hasta al valle se encuentra con la
corriente ascendente de la ladera. Como consecuencia, se
genera una fuerte corriente ascendente. La corriente ascen-
dente es fácil de encontrar y podemos “centrar” en ella el mo-
delo. El modelo debe mantenerse en el centro de la ascenden-
cia usando los mandos de la emisora, en el centro es donde
habrá una mejor ascendencia. Claro que para ello, necesitará
algo de práctica.
Para mantener la visibilidad, debemos salir de la zona ascen-
dente justo a tiempo. Tenga en cuenta que verá mejor su mo-
delo si lo contrasta con una zona del cielo libre de nubes (mo-
delo blanco, cielo azul). Para perder altitud tenga en cuenta
que:
La solidez de su Cularis es muy alta dentro de su clase, pero
tiene un límite. No espere que el modelo sea indestructible con
un vuelo temerario (por desgracia ya ha pasado).
Vuelo en ladera
El vuelo en ladera es una modalidad especialmente atractiva
dentro de los veleros radio-controlados. Volar durante horas,
colgados del viento, sin ayuda de tornos, es algo que brinda las
experiencias más hermosas El colmo es aprovechar las térmi-
cas en una ladera. Lanzar el modelo, sobrevolar el valle en
busca de térmicas, encontrarlas y ascender hasta que se pierde
de vista, descender haciendo acrobacias y volver a empezar de
nuevo, eso es volar en plenitud.
Pero cuidado, el vuelo en ladera también encierra algunos
peligros para el modelo. En la mayoría de los casos, el aterri-
zaje es más complicado que cuando se vuela en llano. Se debe
aterrizar a sotavento. Esto requiere concentración, una aproxi-
mación audaz y un aterrizaje inmediato. Un aterrizaje a
barlovento, incluso con la consiguiente corriente ascensional,
es aun más difícil, básicamente, debería ascender, cruzar la
cresta de la ladera y durante la maniobra, frenar y, simultánea-
mente, nivelar el avión para aterrizar.
Vuelo remolcado
Una pareja idónea para aprender a remolcar y ser remolcado la
forman el Magister y el Cularis. Para el Magister necesitará la
motorización sin escobillas # 33 2632.
Como cuerda de remolque debe usar un hilo trenzado con un
diámetro de 1-1,5 mm. y unos 20 metros de largo. En un extre-
mo de la cuerda de remolque haga un lazo de Nylon (Ø 0,5
mm). Le servirá como punto de ruptura si el remolque sale mal.
Enganche el otro extremo de la cuerda de remolque al Magister
donde habrá colocado un pasador en el mecanismo de remol-
que. Los modelos se alinean, uno tras el otro, contra el viento.
La cuerda de remolque descansará sobre el estabilizador hori-
zontal del Magister. El remolcador carretea despacio hasta que
el cable se tensa, después se pone a todo gas – el remolcador
acelera, aunque sigue en el suelo – el velero despega, vuela
aunque no se despega del suelo – ha llegado la hora de que el
remolcador despegue también. Ambos suben al unísono (¡in-
cluso al virar!). Durante los primeros remolques intente no volar
sobre su cabeza. Para hacer la suelta solo tendrá que activar el
mando que abre el gancho de remolque.
Vuelo eléctrico
Con la versión eléctrica dispondrá de la mayor independencia y
potencia. Puede despegar desde el llano y subir hasta 8 veces
a una altura más que suficiente (aprox. 150 m) con una sola
carga de la batería. En laderas, puede librarse fácilmente de
esos temibles “vacíos”. (“Vacío” = falta de ascendencia en la
ladera que hace que tengamos que aterrizar donde sea).
Rendimiento
¿A que llamamos rendimiento en el vuelo a vela?
Los parámetros más importantes son la velocidad de pérdida
y el ángulo de planeo. Con velocidad de pérdida nos referimos
al descenso por segundo en un entorno determinado. En primer