Por su seguridad 166
animales, sin embargo, sugieren que bajos niveles de RF podrían acelerar el
desarrollo del cáncer en animales de laboratorio. Sin embargo, muchos de
los estudios que mostraron un desarrollo de tumores aumentado usaron
animales que habían sido alterados genéticamente o tratados con sustancias
químicas causantes de cáncer de modo que estuvieran predispuestos a
desarrollar cáncer aún sin la presencia de una exposición a RF. Otros estudios
expusieron a los animales a RF durante períodos de hasta 22 horas al día.
Estas condiciones no se asemejan a las condiciones bajo las cuales la gente
usa los teléfonos inalámbricos, de modo que no sabemos con certeza qué
significan los resultados de dichos estudios para la salud humana. Tres grandes
estudios epidemiológicos se han publicado desde diciembre de 2000. Entre
ellos, los estudios investigaron cualquier posible asociación entre el uso de
teléfonos inalámbricos y el cáncer primario del cerebro, glioma, meningioma,
o neuroma acústico, tumores del cerebro o de la glándula salival, leucemia
u otros tipos de cáncer. Ninguno de los estudios demostró la existencia de
ningún efecto dañino para la salud originado en la exposición a RF de los
teléfonos inalámbricos. No obstante, ninguno de los estudios puede responder
a preguntas sobre la exposición a largo plazo, ya que el período promedio de
uso del teléfono en estos estudios fue de alrededor de tres años.
5. ¿Qué investigaciones se necesitan para decidir si la exposición
a RF de los teléfonos inalámbricos representa un riesgo para la
salud?
Una combinación de estudios de laboratorio y estudios epidemiológicos de
gente que utiliza teléfonos inalámbricos efectivamente proporcionaría algunos
de los datos necesarios. Dentro de algunos años se podrán realizar estudios
de exposición animal durante toda la vida. Sin embargo, se necesitarían
grandes cantidades de animales para proporcionar pruebas confiables de un
efecto promotor del cáncer, si existiera. Los estudios epidemiológicos pueden
proporcionar datos directamente aplicables a poblaciones humanas, pero
puede ser necesario un seguimiento de 10 años o más para proporcionar
respuestas acerca de algunos efectos sobre la salud, como lo sería el cáncer.
Esto se debe a que al intervalo entre el momento de la exposición a un agente
cancerígeno y el momento en que se desarrollan los tumores, en caso de
hacerlo, puede ser de muchos, muchos años. La interpretación de los estudios
epidemiológicos se ve entorpecida por la dificultad de medir la exposición real
a RF durante el uso cotidiano de los teléfonos inalámbricos. Muchos factores
afectan esta medición, como el ángulo al que se sostiene el teléfono, o el
modelo de teléfono que se usa.