Almacenamiento de alimentos en los frigoríficos y normas de higiene
El consumo cada vez mayor de platos
preparados y de otros alimentos frágiles,
sensibles en particular a la rotura de la
cadena de frío
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hace necesario un mejor
control de la temperatura de transporte y de
almacenamiento de esos productos.
En casa, un buen uso del frigorífico y
el respeto de unas reglas de higiene
escrupulosas contribuyen de manera
significativa y eficaz a la mejora de la
conservación de los alimentos.
Conservación de los alimentos / Control
de las temperaturas
Guarde los alimentos en la zona adecuada,
según su naturaleza:
Zona temperada: Bebidas, huevos,
mantequilla, salsas industriales y preparadas,
quesos de pasta fresca, frutas y verduras
frescas.
Zona fresca: Productos lácteos, postres
lácteos, materias grasas, quesos frescos.
La zona más fría: carnes, aves, pescados,
charcutería, platos preparados, ensaladas,
preparaciones y pasteles a base de huevos
o de nata, pasta fresca, pasta para tartas,
pizza / quiches, productos frescos y quesos
elaborados con leche cruda, bolsas de
plástico con verduras listas para su consumo
y, más en general, todo producto fresco cuya
fecha de caducidad esté asociada a una
temperatura de conservación inferior o igual
a +4°C.
Seguir estos consejos tiene como objetivo
evitar la contaminación cruzada y prevenir
una mala conservación de los alimentos.
Embalar sistemáticamente los productos •
para evitar que los alimentos se
contaminen mutuamente.
Lavarse las manos antes de tocar los •
alimentos y varias veces durante la
preparación de la comida si ésta implica
la manipulación sucesiva de productos
diferentes y después, por supuesto, en
el momento de sentarse a la mesa, tal y
como imponen las reglas de higiene.
No reutilizar los utensilios que ya han sido •
utilizados (cucharas de madera, planchas
de corte) sin haberlos limpiado bien antes.
Esperar que las preparaciones se enfríen •
por completo antes de guardarlas en el
frigorífico (por ejemplo la sopa).
Limitar el número de veces que se abre •
la puerta y, en cualquier caso, no dejarla
abierta demasiado tiempo para evitar un
ascenso de la temperatura del frigorífico.
Disponer los alimentos de manera que el •
aire pueda circular libremente alrededor.
Se debería comprobar regularmente que la
temperatura, sobre todo la de la zona más
fría, es correcta y, si hace falta, ajustar el
termostato en consecuencia como se indica
en la página “Utilización”.
La medida de la temperatura en una zona del
frigorífico (en una rejilla, por ejemplo) puede
hacerse con un termómetro que desde el
principio se haya colocado en un recipiente
lleno de agua (un vaso, por ejemplo).
Para obtener un resultado fiel a la realidad,
lea la temperatura sin manipular los mandos
ni abrir la puerta.
Respeto de las reglas de higiene
Limpie con frecuencia el interior del •
frigorífico utilizando para ello un producto
suave y que no afecte oxidante en las
partes metálicas. A continuación aclare
con agua a la que habrá añadido zumo
de limón, vinagre blanco o con cualquier
desinfectante adaptado para frigoríficos.
Retire los embalajes antes de colocar los •
alimentos en el frigorífico (por ejemplo, los
cartones de los yogures).
Cubra los alimentos.•
Consulte el manual de instrucciones del •
aparato en todas las circunstancias y
en particular para obtener consejos de
mantenimiento.
1 Cadena de frío: mantenimiento sin ruptura de la
temperatura que requiere un producto, desde la
preparación y el acondicionamiento hasta la utilización
por parte del consumidor.